

Aceite de oliva y beneficios para la salud

En el siglo VI aC, Solón, el gran legislador ateniense, redactó la primera ley para la protección del olivo excluyendo la tala incontrolada. El olivo era un sĆmbolo en la antigua Grecia y el aceite de oliva se usaba no solo por su valiosa calidad nutricional sino tambiĆ©n con fines mĆ©dicos. Los beneficios terapĆ©uticos y para la salud del aceite de oliva fueron mencionados por primera vez por Hipócrates, el padre de la medicina, quien utilizó el aceite de oliva para tratar a sus pacientes, como se informa en los textos mĆ©dicos antiguos y modernos. Hipócrates llamó al aceite de oliva "el gran sanador" y lo usó para curar cientos de enfermedades. Los modernos estudios de investigación cientĆfica realizados por destacadas universidades europeas y americanas confirmaron las creencias de Hipócrates y demostraron muchos de los atributos terapĆ©uticos y nutricionales del aceite de oliva, y el importante papel que desempeƱa en nuestra salud cuando se consume como parte de una dieta equilibrada.
Aceite de Oliva y Enfermedades Cardiovasculares
Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo industrializado. Numerosos estudios han documentado que la arteriosclerosis estÔ estrechamente relacionada con los hÔbitos alimentarios, el estilo de vida y algunos aspectos del desarrollo económico. La progresión de la arteriosclerosis depende de muchos factores: los mÔs importantes son el colesterol alto en la sangre, la presión arterial alta, la diabetes y el tabaquismo.
"... Las tasas mĆ”s bajas de muerte por enfermedad coronaria se registran actualmente en los paĆses donde el aceite de oliva es prĆ”cticamente la Ćŗnica grasa que se consume", afirma el profesor Francisco Grande CoviĆ”n.
Aceite de Oliva y Arterioesclerosis
Se ha demostrado que el aceite de oliva tiene un efecto en la prevención de la formación de coĆ”gulos sanguĆneos y la agregación plaquetaria. Se ha observado que, al evitar la coagulación sanguĆnea excesiva, las dietas ricas en aceite de oliva pueden atenuar el efecto de los alimentos grasos para favorecer la formación de coĆ”gulos sanguĆneos, contribuyendo asĆ a la baja incidencia de insuficiencia cardĆaca en paĆses donde el aceite de oliva es la principal grasa consumida.
Aceite de oliva y colesterol
El aceite de oliva reduce los niveles de colesterol total en sangre, colesterol LDL y triglicĆ©ridos. Al mismo tiempo, no altera los niveles de colesterol HDL (e incluso puede elevarlos), que desempeƱa un papel protector y evita la formación de manchas grasas, estimulando asĆ la eliminación de las lipoproteĆnas de baja densidad.
El efecto beneficioso del consumo de aceite de oliva respecto a la enfermedad cardiovascular se ha demostrado en prevención primaria, donde reduce el riesgo de desarrollar la enfermedad, y en prevención secundaria, donde previene la recurrencia tras un primer evento coronario.
En la actualidad, las investigaciones estĆ”n revelando la eficacia de la Dieta MediterrĆ”nea en la prevención de eventos coronarios secundarios y la influencia positiva del aceite de oliva en la depresión asociada a dichos eventos y en el estado de Ć”nimo. Estos hallazgos son muy importantes en vista de la alta incidencia de depresión en el mundo moderno y el gran riesgo que representa en la enfermedad cardĆaca recurrente.
Aceite de oliva y cƔncer
Los estudios epidemiológicos sugieren que el aceite de oliva ejerce un efecto protector frente a determinados tumores malignos (mama, próstata, endometrio, aparato digestivo).
Varios estudios de investigación han documentado que el aceite de oliva reduce el riesgo de cĆ”ncer de mama. Comer una dieta saludable con aceite de oliva como principal fuente de grasa podrĆa reducir considerablemente la incidencia de cĆ”ncer. La razón es que las mutaciones celulares provocadas por el cĆ”ncer se deben en parte a las toxinas que, cuando se consumen a travĆ©s de la dieta, atacan el ADN. Al pasar por el hĆgado, estas toxinas producen radicales libres que luego atacan el ADN. Para combatir estos radicales libres, el cuerpo necesita vitaminas y antioxidantes como los que contiene el aceite de oliva.
TambiƩn se ha informado que una dieta rica en aceite de oliva se asocia con un menor riesgo de cƔncer de intestino. El efecto protector del aceite de oliva es independiente de la cantidad de frutas y verduras consumidas en la dieta.
Estudios recientes han demostrado que el aceite de oliva brinda protección contra el cĆ”ncer de colon. Ćltimamente, la investigación ha estado investigando las implicaciones metabólicas de las grasas, mĆ”s especĆficamente el papel protector del aceite de oliva en la enfermedad hepĆ”tica crónica y en el trastorno de los intestinos conocido como enfermedad de Crohn. Los resultados apuntan a los efectos beneficiosos del aceite de oliva en las lesiones precancerosas. DespuĆ©s de analizar tres tipos de dieta, los investigadores cientĆficos llegaron a varias conclusiones. La dieta del aceite de oliva redujo el nĆŗmero de lesiones cancerosas; el nĆŗmero de tumores que se desarrollaron fue clara y significativamente bajo, y los tumores fueron menos agresivos y tuvieron un mejor pronóstico.
Este efecto beneficioso podrĆa estar relacionado con el Ć”cido oleico, el Ć”cido graso monoinsaturado predominante en el aceite de oliva. Se ha observado que este Ć”cido graso reduce la producción de prostaglandinas derivadas del Ć”cido araquidónico, que a su vez juega un papel importante en la producción y desarrollo de tumores.
Sin embargo, no se excluye que otros componentes del aceite de oliva, como los antioxidantes, los flavonoides, los polifenoles y el escualeno, también puedan tener una influencia positiva. Se cree que el escualeno tiene un efecto favorable sobre la piel al reducir la incidencia de melanomas. El aceite de oliva también aporta sabor a las verduras y legumbres cuyos beneficios en la prevención del cÔncer han sido ampliamente probados. Algunas investigaciones actuales muy prometedoras se centran en la protección proporcionada por el aceite de oliva contra la leucemia infantil y varios tipos de cÔncer, como el cÔncer de células escamosas de esófago.
AĆŗn queda mucho por descubrir acerca de cómo el aceite de oliva afecta el cĆ”ncer y aĆŗn faltan datos concretos sobre los mecanismos detrĆ”s del papel beneficioso que juega en la prevención o inhibición del crecimiento de diferentes tipos de cĆ”ncer. Sin embargo, segĆŗn la información disponible en la actualidad, el aceite de oliva podrĆa actuar simultĆ”neamente durante las diferentes etapas involucradas en el proceso de formación del cĆ”ncer.
Aceite de oliva y presión arterial
TodavĆa no se ha establecido claramente quĆ© elementos de la dieta mediterrĆ”nea son los responsables de sus efectos en la reducción de la presión arterial. Se ha demostrado, sin embargo, que la adición de aceite de oliva a una dieta que no se modifica de ninguna otra forma tiene un claro efecto reductor de la presión arterial, que parece ser especĆfico de este aceite. El consumo regular de aceite de oliva disminuye tanto la presión arterial sistólica (mĆ”xima) como diastólica (mĆnima).
Existe evidencia reciente de que cuando se consume aceite de oliva se puede disminuir la dosis diaria de fĆ”rmacos necesarios para controlar la presión arterial en pacientes hipertensos, posiblemente debido a una reducción del Ć”cido nĆtrico provocada por los polifenoles.
Aceite de Oliva y Diabetes
Una dieta rica en aceite de oliva no solo es una buena alternativa en el tratamiento de la diabetes; tambiĆ©n puede ayudar a prevenir o retrasar la aparición de la enfermedad. La forma en que lo hace es previniendo la resistencia a la insulina y sus posibles implicaciones perniciosas al aumentar el colesterol HDL, reducir los triglicĆ©ridos y garantizar un mejor control del nivel de azĆŗcar en la sangre y una presión arterial mĆ”s baja. Se ha demostrado que una dieta rica en aceite de oliva, baja en grasas saturadas, moderadamente rica en carbohidratos y fibra soluble de frutas, verduras, legumbres y cereales es el enfoque mĆ”s eficaz para los diabĆ©ticos. AdemĆ”s de reducir las lipoproteĆnas de baja densidad "malas", este tipo de dieta mejora el control del azĆŗcar en la sangre y aumenta la sensibilidad a la insulina. Estos beneficios se han documentado en niƱos y adultos con diabetes.
Aceite de Oliva y Obesidad
El aceite de oliva es un nutriente de gran valor biológico. Como todas las demĆ”s grasas y aceites, tiene un alto contenido calórico (8,5 Kcal por gramo), lo que podrĆa hacer pensar que contribuirĆa a la obesidad. Sin embargo, la experiencia demuestra que hay menos obesidad entre la población mediterrĆ”nea, que es la que mĆ”s aceite de oliva consume. Se ha demostrado que una dieta rica en aceite de oliva conduce a una pĆ©rdida de peso mayor y mĆ”s duradera que una dieta baja en grasas. Se acepta mejor porque sabe bien y es un estĆmulo para comer verduras.
El aceite de oliva y el sistema inmunológico
Se ha documentado que la ingesta de aceite de oliva refuerza el sistema inmunitario frente a ataques externos de microorganismos, bacterias o virus. Se sabe desde hace algĆŗn tiempo que las deficiencias de minerales y vitaminas pueden tener un efecto adverso en el sistema inmunológico. Investigaciones recientes han concluido que los Ć”cidos grasos en la composición del aceite de oliva son buenos aliados para reducir importantes parĆ”metros inmunológicos como la proliferación de linfocitos inducida por mitógenos especĆficos de cĆ©lulas B y T. Se ha informado que estos Ć”cidos grasos juegan un papel importante en varias funciones inmunológicas. Intervienen en la regulación de procesos inflamatorios y pueden ser efectivos en el tratamiento de algunas enfermedades autoinmunes y en la regulación del sistema inmunológico en general.
Aceite de oliva y artritis reumatoide
La artritis reumatoide es una enfermedad inmune inflamatoria crónica de causas desconocidas que afecta las articulaciones. Los genes, los factores infecciosos, las hormonas y la dieta se han sugerido como posibles asociados en su aparición. Aunque algunos estudios sugirieron que el aceite de oliva podrĆa ayudar a aliviar sus sĆntomas, no confirmaron tal efecto protector. Ahora, los resultados de un estudio publicado recientemente sugieren que el consumo regular de aceite de oliva puede reducir el riesgo de desarrollar artritis reumatoide. SegĆŗn los autores del estudio, las personas con dietas ricas en aceite de oliva tenĆan menos riesgo de padecer esta enfermedad. El estudio encontró que las personas que consumĆan menos aceite de oliva tenĆan 2,5 veces mĆ”s posibilidades de desarrollar artritis reumatoide que las que lo consumĆan con mĆ”s frecuencia. Aunque el mecanismo involucrado aĆŗn no estĆ” claro, se sospecha que los antioxidantes ejercen un efecto beneficioso.
El aceite de oliva y el estómago
Cuando el aceite de oliva llega al estómago no reduce el tono del anillo muscular o esfĆnter en la base del esófago. Debido a esto, reduce el riesgo de flujo o reflujo de alimentos y jugos gĆ”stricos desde el estómago hasta el esófago. El aceite de oliva tambiĆ©n inhibe parcialmente la motilidad gĆ”strica. Como resultado, el contenido gĆ”strico del estómago se libera mĆ”s lenta y paulatinamente hacia el duodeno, dando una mayor sensación de āllenuraā, y favoreciendo la digestión y absorción de nutrientes en el intestino.
El aceite de oliva y el sistema hepatobiliar
Uno de los efectos del aceite de oliva sobre el sistema hepatobiliar es que es colagogo, asegurando un óptimo drenaje de la bilis y un vaciado completo de la vesĆcula biliar. Otro efecto es que es colecistocinĆ©tico, es decir, estimula la contracción de la vesĆcula biliar, lo que es de gran ayuda en el tratamiento y prevención de trastornos de las vĆas biliares. Estimula la sĆntesis de sales biliares en el hĆgado y aumenta la cantidad de colesterol excretado por el hĆgado. En definitiva, por su efecto beneficioso sobre el tono muscular y la actividad de la vesĆcula biliar, el aceite de oliva estimula la digestión de los lĆpidos, ya que son emulsionados por la bilis, y previene la aparición de cĆ”lculos biliares.
El aceite de oliva y el pƔncreas
Cuando se consume, el aceite de oliva produce una pequeƱa cantidad de secreción por parte del pĆ”ncreas, haciendo que este órgano ātrabajeā poco, pero de manera eficiente y suficiente para llevar a cabo todas sus funciones digestivas. El aceite de oliva estĆ” recomendado en enfermedades en las que se ha de mantener la función pancreĆ”tica, como insuficiencia pancreĆ”tica, pancreatitis crónica, fibrosis quĆstica, sĆndromes de malabsorción, etc.
El aceite de oliva y los intestinos
Debido al sitosterol que contiene, el aceite de oliva impide parcialmente la absorción de colesterol por el intestino delgado. También estimula la absorción de diversos nutrientes (calcio, hierro, magnesio, etc.). El aceite de oliva, por tanto, es una grasa que se digiere y se absorbe muy bien. Tiene propiedades selectas y un efecto laxante suave que ayuda a combatir el estreñimiento y el mal aliento.
Aceite de oliva y osteoporosis
El aceite de oliva parece tener un efecto favorable sobre la calcificación ósea, y la mineralización ósea es mejor cuanto mĆ”s aceite de oliva se consume. Ayuda a la absorción de calcio, por lo que juega un papel importante durante el perĆodo de crecimiento y en la prevención de la osteoporosis.
Aceite de Oliva y Función Cognitiva
Las dietas ricas en aceite de oliva pueden prevenir la pérdida de memoria en personas mayores sanas. Se ha observado una menor posibilidad de sufrir deterioro cognitivo relacionado con la edad en un estudio realizado en personas mayores a las que se les administraron dietas con un alto número de grasas monoinsaturadas, en el caso particular del aceite de oliva. No se sabe exactamente cómo grandes cantidades de estas grasas previenen el deterioro cognitivo. Sin embargo, se cree que este efecto ocurre porque los Ôcidos grasos monoinsaturados pueden ayudar a mantener la estructura de las membranas de las células cerebrales, ya que la demanda de estos Ôcidos parece crecer durante el envejecimiento. El mismo estudio observó que la cantidad de aceite de oliva consumido era inversamente proporcional al deterioro cognitivo relacionado con la edad y la pérdida de memoria, la demencia y la enfermedad de Alzheimer.
Aceite de Oliva durante el Embarazo y la Infancia
El aceite de oliva juega un papel clave en el desarrollo fetal durante el embarazo y su escasez puede tener efectos perniciosos en el desarrollo posterior del bebĆ©. Se ha demostrado que el desarrollo posnatal de los bebĆ©s de madres que consumieron aceite de oliva durante el embarazo es mejor en cuanto a talla, peso, comportamiento y reflejos psicomotores. El feto necesita vitamina E para crecer. El bebĆ© reciĆ©n nacido tambiĆ©n necesita un depósito de vitamina E para luchar contra el estrĆ©s oxidativo que le provoca entrar en una atmósfera de oxĆgeno. Aunque no es muy abundante en el aceite de oliva, estĆ” presente en cantidad suficiente gracias a la resistencia del aceite de oliva a la oxidación. AsĆ, tanto la cantidad como el tipo de alimentos consumidos en la dieta durante el embarazo juegan un papel fundamental en las adaptaciones metabólicas que se producen en la madre y en su relación funcional con el feto.
Aceite de Oliva y Lactancia Materna
Durante el parto, la vitamina E en la sangre de la madre se concentra en las glĆ”ndulas mamarias y asĆ, durante la lactancia, la madre continĆŗa aportando vitamina E. Es fundamental mantener los niveles de esta vitamina durante la lactancia. La vitamina E tambiĆ©n se recomienda para bebĆ©s prematuros y reciĆ©n nacidos con insuficiencia renal o pancreĆ”tica debido al efecto favorable que tiene sobre el sistema hepatobiliar. Pero el aceite de oliva no solo aporta suficientes Ć”cidos grasos esenciales para el desarrollo del reciĆ©n nacido; su proporción de Ć”cido linoleico a Ć”cido linolĆ©nico (Ć”cidos grasos esenciales) es similar a la de la leche materna. El efecto beneficioso del Ć”cido oleico dura mĆ”s allĆ” del embarazo. AdemĆ”s de su eficacia documentada en la prevención de la hipercolesterolemia y la aterosclerosis, que es un proceso que puede comenzar en la infancia, el Ć”cido oleico tambiĆ©n parece ejercer una influencia positiva sobre el crecimiento y la mineralización y el desarrollo óseo durante la infancia.
Requisitos dieteticos
Durante el embarazo y la lactancia es recomendable consumir mĆ”s grasas, principalmente grasas monoinsaturadas y reducir al mĆ”ximo las grasas saturadas y el colesterol. Se deben seguir las pautas dietĆ©ticas generales y se debe controlar la ingesta de calorĆas para evitar un aumento de peso excesivo. Los niƱos menores de tres aƱos tienen necesidades dietĆ©ticas diferentes a las de los niƱos mayores de esta edad. El cuarenta por ciento de la energĆa que consumen proviene de la grasa, ya sea de la leche materna o de cualquier otro tipo de leche. Se recomienda mantener este patrón dietĆ©tico y asegurar que la ingesta energĆ©tica y nutricional cubra las necesidades de desarrollo del niƱo.
fuente: COI